La distopía de la democracia y la utopía anarquista.

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Alain Damasio es un escritor de ciencia ficción francés que todavía no ha sido traducido en castellano. Nacido en Lyon en agosto de 1969, se dió a conocer con la publicación de su segundo libro: «La Horde du Contrevent», pero en este artículo hablaré de su primer libro: La zone du dehors (La zona del exterior). Se trata de una distopía de la democracia y de una utopía anarquista publicada en 1999 en dos tomos, y republicada en un solo libro en 2001. Fue anunciado como el libro heredero de 1984 de Orwell o de Un mundo feliz de Aldous Huxley. Pero la crítica está repartida entre los que han disfrutado de esta novela, y los que la han encontrado machista y complicada. En mi reseña hablaré de ambas visiones.

La zone du dehors - La distopía de la democracia
No es la última portada, esta me gusta más…

Resumen de la distopía: La zone du dehors (La zona del exterior)

La acción se situa en 2084. Pero Orwell está lejos. El totalitarismo ha tomado las características de una socialdemocracia. El ciudadano está oprimido, se fabrica. En la masa estándar, en el confort, en el consensus. En el centro de este contexto, existe un movimiento, una fuerza de ataque, unos locos: La Volte. La zona de fuera es su espacio, subvertir es su única arma. Dirigidos por Capt, filósofo y estratega, el pintor Kamio y el fulgurante Slift que nada bloquea ni limita, irán hasta el final de su «volución». Perdiendo mucho. Ganando todo.

Influencias de Alain Damasio

El autor es conocido por ser un apasionado de la filosofía y por tomar partido en temas sociales y políticos. Es defensor de los «chalecos amarillos», un movimiento de protesta no estructurada que existe en Francia desde 2018 a raíz de un aumento del precio del combustible. Según algunos expertos este movimiento engloba a muchos antisistemas. Y parece que algo del autor aparece en la novela.

Puntos fuertes de La zone du dehors (La zona del exterior)

La conquista espacial

La acción tiene lugar en la ciudad de Cerclon, una de las primeras colonias espaciales creadas tras la casi desaparición de la vida en la Tierra por culpa, no de una bomba nuclear, sino debido a una guerra bacteriológica en la Cuarta Guerra Mundial. Este enclave está situado en un asteroide de Saturno, bien delimitado por los muros que emprisionan a la Volte. La ciudad modelo de unos siete millones de habitantes está gestionada por un ordenador central que se ocupa de la repartición del agua, la distribución del oxígeno, los transportes públicos, el sistema bancario, el aprovisionamiento en minerales, el plan de producción, etc. En el centro de la ciudad está el gran Cubo negro, un lugar que iremos descubriendo en la lectura y que hace las veces de una central nuclear y un centro de reciclaje.

Distopía de la democracia : La conquista espacial

La distopía de la democracia que controla la sociedad

Alain Damasio rompe con las distopías clásicas (ver qué es distopía) y no nos presenta la visión de los disidentes de un gobierno totalitario. Son un grupo de amigos, disidentes de una democracia, los que organizan un movimiento revolucionario: La Volte. Luchan contra la normalización de la sociedad, influenciados por los conocimentos de filósofos como Nietzsche, Foucault o Deleuze.

La sociedad es controlada a través de tecno-implantes en el cerebro, nanocámaras en el nervio óptico, o a través de sistemas de identificación y obtención de datos que permiten limitar los accesos a tiendas en función del dinero en la cuenta corriente, entre otros. Pelean por escapar de ese sistema y vivir en un mundo utópico.

«Liberarse, sobre todo no crean que se trata de ser uno mismo. Es inventarse como otro distinto. (..) No sean nada: conviertánse sin cesar. La interioridad es una trampa. ¿El individuo? Una camisa de fuerza. Sea siempre para usted mismo su exterior, el exterior de todo»

Algo que sorprende en esta distopía de la democracia es que analiza, a través de un debate entre los personajes, la necesidad o no de la violencia en el activismo disidente. Uno de los personajes se mueve por impulsos, pero Capt, el líder ideológico del grupo, reclama deontología dentro de la revolución:

«Comprendedme bien: estoy opuesto a este sistema, me opongo a los Cerclonianos -no tengo miedo de decirlo-. Pero el fin no justifica los medios, ¿comprendéis?»

Distopía de la democracia La revolución en La zone du dehors

Sistema de clases

La población se somete cada dos años al «Clastre» (clase en inglés). Un sistema de clasificación en el que cada persona es evaluada gracias a unos tests. Establece un balance de los conocimientos y las competencias de cada uno, y tiene en cuenta las opiniones de los demás. Así el Clastre puede designar un cambio de puesto de trabajo o incluso el nombre de cada individuo. El nombre consta de una serie de letras, un sistema casi tan deshumanizador como los números de la distopía Nosotros de Zamiátin, que pueden además ser cambiados por el Clastre cada dos años.

Representa una real meritocracía y al mismo tiempo es otra de las maneras limitantes de someter a la sociedad que Alain Damasio nos presenta en esta distopía de la democracia de control. Aunque me recordó más bien al mundo anárquico comunista de Anarres de Los desposeídos de Ursula K Le Guin.

También nos presenta una sociedad desvitalizada por el confort y el consumo. La democracia sería para la Volte una oligarquía liberal basada en el conformismo de la población. Y los políticos harían campaña manipulando las emociones primarias como el miedo, el asco o el deseo.

La utopía de los disidentes

Algo que me gusta mucho de este libro distópico es que Alain Damasio no se limita a criticar el sistema (como en muchas distopías), sino que describe en detalle el sueño utópico de los disidentes. La Volte lucha por construir una nueva ciudad en las afueras de Cerclon: La zona del exterior. Sueñan con un mundo anárquico, sin jefe ni representante, sin dinero y con una economía basada en el intercambio de servicios. Con espacio para terraformar y para un urbanismo con creatividad. Pero, ¿lo conseguirán? ¿Qué sacrificarán para intentarlo?

Lo que no me gusta de esta distopía de la democracia

Una distopía diferente

No encuentro que la democracia controlada sea una gran anticipación futurista, visto el contexto de algunos países, por ejemplo China. Y al mismo tiempo, el mundo en la colonia de Cerclon no está lo suficientemente descrito para que veamos una historia de space-opera en este libro, por lo que habrá quien quede decepcionado.

Los multi-narradores

La lectura es complicada porque utiliza siete narradores, los personajes principales. Al principio destabiliza un poco ya que sabemos que hemos cambiado de narrador gracias a un signo de puntuación, pero tenemos que avanzar en la lectura para identifier de quién se trata.

Distopía de la democracia

El único personaje femenino

Como ya critiqué en mi artículo sobre los estereotipos femeninos en distopías, Alain Damasio muestra en sus escritos el síndrome de la pitufina (una mujer rodeada de hombres), y hay bastantes lectoras que se lo reprochan. El papel de la única chica del grupo está bastante limitado, y aunque es narradora de algunas acciones, parece que solo sirve para ser sociable con los amigos de su pareja.

La retórica filósofica y su malinterpretación

Alain Damasio introduce muchos discursos filosóficos que pueden cansar a algunos lectores y maravillar a otros. En mi caso, me han gustado mucho los mensajes sobre la manipulación y el control, e incluso el cuestionamiento sobre la frágil línea que separa el activismo violento y el terrorismo. Pero creo que Alain Damasio no quiere influenciar las ideas del lector y deja la puerta abierta a que algunos lectores entiendan esta historia como una llamada al activismo violento o al anarquismo. No sé decir si lo hizo adrede. Para mí es un fallo que las distopías o las utopías se orienten demasiado hacia los extremos, como ya comenté en el artículo ¿qué es utopía?.

Conclusión sobre «La zone du dehors»

Solo recomiendo leer esta distopía de la democracia controlada y la utopía anarquista a amantes de distopías que entiendan el francés (por ahora no ha sido traducido) y tengan un gran pensamiento crítico. Desde mi punto de vista, merece la pena descubrir los discursos filósoficos y los mensajes sobre la normalización de una sociedad en democracia. Pero también es interesante descubrir la visión de esos disidentes que necesitan rebelarse al sistema, no tener un jefe ni un gobierno que dicte reglas o leyes. Creo que es excepcional ver un trabajo de distopía tan justificado y un proyecto de utopía tan descrito en un mismo libro, y en eso le reconozco un gran mérito a Alain Damasio.


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Las fotos de la portada y la foto del planeta con Saturno en el cielo son de Reimund Bertrams encontradas en Pixabay. La foto de la revolución es de Elias Arias, y la de la lectora con el libro en la cabeza de Tony Tran, ambas encontradas en Unsplash.

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