Este libro Fahrenheit 451 de Ray Bradbury es mucho más que una crítica a la censura cultural. ¿Qué pensaríais de una historia que hablara del encuentro consigo mismo, del desencanto de la vida, del amor, del paso de los años, de la guerra, de la fuga, de la memoria, de la curiosidad por aprender… Muchos temas, ¿verdad? Y sin embargo, el que me parece más importante es el que el propio escritor quiso transmitir: el peligro de la manipulación de la sociedad.
Fahrenheit 451 es un libro distópico clásico (ver artículo qué es distopía) citado a menudo en trío con 1984 de George Orwell y Un mundo feliz de Aldous Huxley.
Resumen de Fahrenheit 451:
En un futuro cercano, Guy Montag pertenece a la brigada de bomberos encargada de quemar los libros. Siguiendo escrupulosamente las órdenes de su superior Beatty, Montag destruye los clásicos de la literatura que se encuentran en las bibliotecas y a veces disimulados en las casas de los particulares, que no pueden soportar ver sus libros deshacerse en cenizas.
Influencias históricas:
En el principio de los años cincuenta, Bradbury escribía esta novela desde California, y seguía de cerca la guerra fría, acentuada por la guerra de Corea (1950-1953). Hijo de instalador de líneas telefónicas, los años cincuenta debieron de marcarle por la generalización de los televisores en los hogares estadounidenses. Y seguramente hizo que el Bradbury apasionado de bibliotecas y de lectura se convirtiera con la edad en un tecnofóbico.
Un hecho histórico que le influyó para escribir esta historia fue la quema de libros escritos por judíos por los nazis en la Alemania de 1933.
Desgraciadamente esta novela distópica, publicada en 1953, no consiguió frenar la Revolución Cultural que tuvo lugar en China entre 1966 y 1976, ni los sucesivos eventos que han seguido destruyendo la cultura (ver artículo Wikipedia).
Bradbury: un visionario
A pesar de su tecnofobia, Bradbury fue visionario de los progresos tecnológicos que añadió a su historia, algunos de los cuáles forman parte de nuestra vida de hoy en día, como por ejemplo:
- la telefonía portátil,
- la televisión mural,
- trenes propulsados por aire
- o los teleprofesores (o cursos en línea)
- el control televisado de los helicópteros en persecución de alguien que se fuga
- el robot «Sabueso Mecánico”, el enemigo del protagonista desde el principio.
Redacción
Como 1984 o Nosotros, este libro sigue a un protagonista del principio al final: Guy Montag. Pero la historia no está contada por él, sino por un narrador que consigue entrar en los monólogos interiores del personaje.
Para los estudiosos de letras, algo que puede gustar mucho de este libro es que está lleno de figuras retóricas (metáforas, prosopopeyas, epítetos, símiles) y un vocabulario específico, a veces muy focalizado en el fuego (borbotear, ignífuga, deflagrador…). Como hace referencia a autores y a libros que quema, recomiendo mucho la lectura de la edición Debolsillo que incluye al final la lista y las explicaciones de esos autores y esos títulos de libros citados.
La importancia de leer.
El principal mensaje que Ray Bradbury quería que retuviéramos debido a su tecnofobia es la importancia de leer frente a todos los otros estímulos que podemos tener, en particular, del mundo audiovisual, que puede ofrecer informaciones parciales, sesgadas y fuera de contexto. Nos incita a tener un pensamiento crítico y a ser curiosos, como el protagonista de la historia.
Es un tema social que sigue de actualidad ya que no solo se aplica al mundo audiovisual. Hoy en día vivimos en un mundo digital donde estamos constantemente solicitados para orientar nuestras decisiones e incluso nuestros actos. Las estrategias utilizadas se apoyan en nuestros sesgos cognitivos.
¿Qué es el sesgo cognitivo?
Esta noción fue introducida por Daniel Kahneman y Amos Tversky en 1972, unos veinte años después de que Bradbury escribiera su libro Fahrenheit 451. Wikipedia define un sesgo cognitivo como «un efecto psicológico que produce una desviación en el procesamiento mental, lo que lleva a una distorsión, juicio inexacto, interpretación ilógica, o lo que se llama en términos generales irracionalidad, que se da sobre la base de la interpretación de la información disponible, aunque los datos no sean lógicos o no estén relacionados entre sí».
Los investigadores demostraron la existencia de varios patrones de situaciones en que los juicios y decisiones humanas diferían de lo predecible según la teoría de la elección racional. Según diferentes fuentes, se encuentran hasta veinticinco tipos de patrones o sesgos cognitivos, pero se han estudiado sobre todo unos seis o siete.
¡Todos nosotros funcionamos con varios de ellos! Aunque la mayoría de las veces no nos demos cuenta. El ejemplo típico es el fumador que desecha la información de que el tabaco daña la salud, porque conoció a un fumador que llegó a cien años.
Os dejo aquí el enlace hacia un artículo que habla de diez de estos sesgos cognitivos, dando ejemplos claros y consejos para que no puedan aprovecharse de estos patrones de nuestro cerebro para manipularnos.
El sesgo cognitivo en las redes sociales
Si Bradbury se preocupaba en 1970 de lo que la televisión podía provocar en nuestras mentes: desinformación, polarización, manipulación consumista… se revolvería en su tumba viendo los estudios que circulan sobre la influencia de las redes sociales en la generación del siglo XXI.
Por ejemplo, si un usuario a menudo hace clic en los enlaces de Facebook de una fuente de noticias en particular, Facebook tiende a mostrarle a esa persona más del contenido de ese sitio. Esto es llamado «burbuja de filtro». El efecto puede aislar a las personas de diversas perspectivas, fortaleciendo el sesgo de confirmación, el que hace que solo busquemos información que confirma nuestras creencias u opiniones.
Así que la que escribe se permite ir más lejos en el mensaje de Bradbury y no solo os aconsejo leer, también creo que es importante leer información en contradicción con lo que pensamos, para fortalecer nuestro espíritu crítico y tolerante.
Para profundizar más en este mensaje, os dejo más información de un ensayo francés L’homme nu que avisa de los peligros del mundo digital y aconseja cómo evitar las desviaciones que empezamos a ver en este siglo XXI.
Otros temas importantes de Fahrenheit 451:
El libro Fahrenheit 451 de Ray Bradbury puede tener múltiples análisis y todos llevarán a cada persona a retener diferentes cosas. Para mí, los temas sociales que más me han marcado, además del de la manipulación de la sociedad antes mencionado, son:
1. La censura de la cultura
“Sus manos eran las de un fantástico director orquestando todas las sinfonías del fuego y de las llamas para destruir los jirones y las ruinas tiznadas de la historia”.
Como expliqué más arriba en las influencias históricas de este libro, Bradbury se apoyó en hechos históricos para esta trama de fondo. Pero, ¿por qué se han hecho censuras a la cultura?
“Si no quieres que un hombre se sienta políticamente desgraciado, no le enseñes dos aspectos de una misma cuestión, pues le preocuparás; enséñale solo uno. O, mejor aún, no le muestres ninguno”.
Como dice Yuval Noah Harari en su libro «Sapiens», la cultura de una sociedad no es algo permanente, puede cambiarse. Si los nuevos gobernantes quieren aplicar nuevas reglas en la estructura de la civilización es necesario atacar las creencias de la población, la cultura general. Como se verá en la reseña de «Rebelión en la granja», cuanto más ignorantes, más manipulables somos.
2. El mundo audiovisual frente a la letra impresa.
“Casi nunca presto atención a la televisión mural, ni voy a las carreras o a los parques de atracciones. Así pues dispongo de muchísimo tiempo para dedicarlo a mis absurdos pensamientos, supongo.”
¿No os ha pasado cuando vuelves tarde del trabajo cansado que te quedas mirando cualquier programa en la televisión? ¿Y pides a toda la familia que se calle para oír lo que cuentan? Este libro hará que no vuelva a ocurrir 😉.
“Llegara cuando llegase, allí estaba Mildred, escuchando cómo le hablaban las paredes”.
3. El encuentro consigo mismo
“Montag sintió que su cuerpo se dividía en ternura y frialdad, en suavidad y dureza, en temblor y firmeza; ambas mitades chirriaban la una contra la otra”.
4. El desencanto con la vida o el amor con el paso de los años
“Montag sintió que su sonrisa desaparecía (…) como el material de una enorme vela que hubiese ardido demasiado tiempo para acabar deshaciéndose y apagándose. Oscuridad. No se sentía feliz. No era feliz”.
5. La curiosidad por aprender
“No, no; no son libros lo que usted está buscando. Busque eso donde pueda encontrarlo, en viejos discos, en viejas películas y en viejos amigos; búsquelo en la naturaleza y búsquelo en su interior. Los libros solo eran un receptáculo donde almacenábamos una serie de cosas que temíamos olvidar. No hay nada mágico en ellos. La magia únicamente está en lo que dicen los libros, en cómo unían los diversos aspectos del universo hasta formar un conjunto para nosotros”.
6. La guerra
“una radio susurraba en algún sitio: «…la guerra puede ser declarada en cualquier momento. El país está listo para defender sus…»”.
7. La publicidad opresiva
La escena de Montag en el metro con la radio dando la publicidad del Dentífrico Denham, mientras intenta leer, es para enmarcarla en la lucha contra la publicidad opresiva.
“La gente era forzada a la sumisión, no huía, no había sitio adonde huir; el gran convoy neumático se hundió en la tierra dentro de su tubo”.
Intriga y ritmo del libro Fahrenheit 451
La intriga de la historia es saber lo que el protagonista va a hacer, ya que le ves cambiar con su toma de conciencia gracias a sus encuentros con Clarisse McClellan, su joven vecina, que le hará mirar la vida de otra manera. El ritmo aumenta a medida que avanzamos en la lectura, y en la tercera parte (y última) no puedes despegarte de este libro distópico.