El día perfecto, la distopía antes de la distopía

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No sé por qué El día perfecto (The perfect day) de Ira Levin, publicado en 1969, no es citado como uno de los grandes libros distópicos que hay que conocer. Aunque no destaca por su prosa, se trata de uno de los mejores libros distópicos modernos que he leído. Tiene casi todo lo que un libro de distopía clásico tiene que tener, y además está plagado de conceptos originales y creíbles que no dejan indiferente.

Y para colmo, incluye un mundo utópico en una isla, pero no cualquiera: la isla de Mallorca. ¿Cómo es que no ha tenido más ventas en España? 😊

El dia perfecto de Ira Levin

He encontrado una traducción en español en la editorial Plaza & Janés (Un día perfecto) y otra en Cronos, ediciones Destino (Este día perfecto) que lo presenta como una réplica moderna de Un mundo feliz. Ahora que muchas personas no ven el lado distópico de Un mundo feliz (1932) creo que esta obra les haría reflexionar sobre el peligro de un poder centralizado que hiciera «todo» por nuestra felicidad.  

Empecemos con el resumen para poder explicar más.

Resumen de El día perfecto (The perfect day)

En un futuro próximo, se habrá acabado con las guerras y la miseria. Pero ¿a qué precio? El omnímodo ordenador UniComp (Unified Computer) regula la vida de cada persona según las necesidades de la sociedad. La humanidad vive en un mundo absolutamente automatizado, seguro, confortable y aséptico, libre de enfermedades y catástrofes. En contrapartida, los hombres han perdido la libertad, están privados de toda decisión sobre su vida. En este universo dónde solo existen cuatro nombres diferentes para cada sexo, el joven LI RM35M4419 heredará de su abuelo un regalo extraño: un apodo. Será el principio de una odisea que le llevará primero a aceptarse como individuo, y después a rebelarse. No está solo, pero, ¿serán él y sus compañeros suficientemente fuertes para luchar contra Unicomp?

Temas sociales en El día perfecto

En El día perfecto podemos encontrar las características de las distopías clásicas como son la normalización de la sociedad, la represión de la población, la denuncia popular… y al mismo tiempo encontramos conceptos nuevos que merecen ser analizados. Aquí te hablo de 5 de ellos:

1. La sumisión de la población por el miedo a enfermar

Desde el primer capítulo se habla de «los incurables» que viven en un estado primitivo en cavernas en las montañas y que no llevan el brazalete que todos los «miembros de la Familia (la sociedad bajo el control de UniComp)» tienen en su brazo. Ese brazalete sirve para llamar por teléfono, pero también como llave de acceso a cualquier sitio. Basta con acercarlo a la máquina de control de las entradas, y como de un código QR se tratara, el ordenador central confirma los derechos de acceso o no. Sirven también para controlar quiénes están al interior de un edificio o en una calle.

Pero el verdadero problema de «los incurables» es que pueden enfermar (como su nombre indica), ya que no tienen acceso al tratamiento mensual que todos los miembros de la Familia reciben. En el sistema de salud centralizado existen unos consejeros asignados (una especia de psicoterapeutas) que se preocupan por cada miembro y les asignan tratamientos.

El día perfecto de Ira Levin, los tratamientos del ordenador central

La sumisión de la población se consigue así gracias al miedo a convertirse en un «incurable» y enfermar. Dejar de tomar los tratamientos haría que volvieran a un estado salvaje, como animales. Y podrían ponerse malos y morir muy fácilmente. Mientras que dentro de la «Familia», apenas hay decesos accidentales, solo por vejez. En la vida real estamos muy sensibilizados a la manipulación por el miedo a la inseguridad, pero no a la enfermedad. Así que resulta curioso leer esto en esta época de pandemia que nos toca vivir.

Una de las primeras cosas que le tienen que enseñar a nuestro protagonista para abrirle los ojos sobre UniComp es que los tratamientos no sirven solo para curar y podrá confirmarlo por sí mismo:

«Tu cuerpo te pertenece, Li, no pertenece a Unicomp».  

2. El control de la población a través de un ordenador centralizado

En esta época que estamos viviendo en la que confiamos cada vez más en las Inteligencias Artificiales para invertir nuestro dinero o gestionar criptomonedas y contratos; en el que el Big Data nos obliga a dejar el máximo de nuestros datos en servidores gigantes; y en el que las pruebas de acceso a estudios superiores son organizadas en algunos países por Inteligencias Artificiales, la existencia de un ordenador programado para el bien y la felicidad de toda la sociedad parece creíble y plausible para nuestro futuro.

UniComp no solo controla los accesos, también los tratamientos médicos, y puede decidir sobre los estudios y el trabajo de cada individuo. Algo que frustra al protagonista Li RM es no poder elegir los estudios que él quiere hacer. Cuando una amiga le denuncia por tener esos anhelos de decisión sobre su vida, su consejero le explicará:

«¿No has pensado nunca que «decidir» y «elegir» eran manifestaciones de egoismo? ¿Actos egoistas? (…) Imagina que un millón de miembros quisieran ser actores de televisión y ni uno solo quisiera trabajar en un tanatorio»

El día perfecto UniComp ordenador central

Gracias a un museo pre-U (antes del gobierno por el ordenador central UniComp), descubre que los miembros de aquella época eran violentos, hostiles, estaban enfermos, eran alcohólicos, tenían hambre y tendencia a la auto destrucción.

«Pero, a pesar de todo, los miembros parecían más fuertes y más felices que nosotros. Iban a dónde querían, hacían lo que deseaban, «ganaban» cosas, «poseían» cosas, y sobre todo elegían, elegían siempre. Y debido a ello estaban de alguna manera más vivos que los miembros lo son hoy en día.»

En este libro: libertad, poder de decisión y felicidad van de la mano. Y será lo que busque recuperar el protagonista.

3. La sobrepoblación y el cambio climático

El ordenador central decide con quién tienen que casarse y si tienen derecho o no a concebir un hijo. Poco a poco nuestro protagonista descubre que sus tratamientos no son solo antibióticos y anti-depresivos. También incluyen tratamientos contraceptivos y utilizan un componente LPK a base de litio para controlar el carácter, hacerles dóciles y maleables. Como efecto secundario disminuye la libido. De verdad, espero que este libro no lo lea ningún anti-vacuna 😉

Las mujeres no tienen la menstruación, los hombres no tienen barba. Lo que demuestra que son tratamientos hormonales importantes para el cuerpo humano. Pero la cosa no se queda solo ahí, a partir de sesenta y dos años todas las personas mueren de forma natural. El protagonista se dará cuenta que los hombres pre-U vivían más años, y responsabiliza al ordenador central de imponer una edad límite a los humanos. Será su mayor motivación para querer deshacerse del ordenador. Sí, y no el aumento de libido, aunque eso también le guste 😉

UniComp pretende solventar el problema de la falta de recursos y así garantizar la especie humana reduciendo la población mundial. Pero parece tener aún más poder, ya que consigue regular la meteorología. El protagonista no sabe lo que es la lluvia de día, ni la nieve. Esto y otras explicaciones del libro dejan al lector con la pregunta de si ese sistema centralizado no era la mejor solución para salvar al planeta de un cambio climático. Ira Levin no responde en este libro por falta probablemente de especulación científica, y para mí es uno de las grandes ausencias en El día perfecto.

El día perfecto cambio climático

4. La decepción de la utopía y la emigración política

Se trata de un libro constituido en cuatro partes en dónde vemos la lucha de un disidente en diferentes batallas. Primero la de recuperar su libertad, después la de integrarse a una sociedad a la que no pertenece, y por último, la batalla de liberar a «La Familia» del yugo del ordenador central. Sus metas cambian a medida que pierde o gana en esas batallas, lo que hace que la historia tenga una tensión en aumento casi constante, y que la lectura se haga muy amena.

Sorprende también que la utopía del protagonista se sitúe en una isla (como muchas utopías clásicas), y además que sea Mallorca 😊. Pero al contrario de las distopías que dejaban entrever una utopía encubierta, o de los libros distópicos que terminan al llegar a un mundo utópico, Ira Levin nos muestra una segunda distopía, el lado oscuro de la utopía deseada.

Para no hacer mucho spoiler, solo diré que esta parte del libro sobre la utopía me ha hecho pensar en los emigrados políticos y su difícil integración en países extranjeros. Y que merece la lectura solo por las reflexiones que conlleva esta parte.

5. Otros temas que destacan en el libro pero que no voy a explicar son la colonización espacial, la evolución genética, la inmortalidad y la lucha de clases.


La distopía de antes de Un mundo feliz de Aldous Huxley.

Como en muchos otros libros distópicos, en El día perfecto hay una clara crítica a un sistema de gobierno totalitario que deshumaniza a los hombres y mujeres. El primer capítulo nos muestra un ejemplo que ya habíamos visto en Nosotros de Zamiátin (1920): la supresión de la individualidad y personalización suprimiendo nombres. Los chicos solo pueden llamarse: Karl, Li, Bob y Jesús; y las chicas: Peace, Mary, Yin y Anna. Por lo que necesitan identificarse añadiendo detrás una serie de números y letras, como si todos nos llamáramos por nuestro número de DNI/NIF o pasaporte.

Pero luego, la mayor parte de referencias nos recuerdan a Un mundo feliz de Aldous Huxley.

  • Para empezar, la imperfección del protagonista con un ojo de un color diferente del otro nos recordará las imperfecciones de uno de los personajes principales de Un mundo feliz.
  • El control hormonal, de natalidad y de defunciones también nos recuerda a Un mundo feliz, y resulta incluso más plausible a corto plazo que la procreación en incubadoras industriales. Además, no hace falta auto-regularse la ingesta de drogas como el Soma de la distopía de Huxley, ya que el consejero-terapeuta prescribe a cada paciente su medicación en forma de tratamiento.
  • Las personas tienen trajes de diferentes colores en función del puesto de trabajo que el ordenador les ha asignado. Recuerda al sistema de castas de Un mundo feliz constituido a través de modificaciones genéticas y adoctrinamiento.
  • Para terminar, el protagonista es ingeniero genético y trabaja sobre las mutaciones genéticas para mejorar la especie. Parece precursor de lo que Huxley quiso denunciar, es por eso que considero El día perfecto como la distopía antes de la distopía de Un mundo feliz.
Un mundo feliz de Aldous Huxley

Lo que no me ha gustado de El día perfecto

Como en otras distopías, estoy decepcionada por la falta de romanticismo de este libro a pesar de tener una gran historia de amor. El problema es que está demasiado condicionada al desarrollo hormonal de los personajes y resulta falta de sentimientos.

También echo en falta explicaciones sobre la necesidad de esa organización centralizada. Aunque se habla de limitación de recursos y de control climático, no se intenta convencer al protagonista de que esa organización es la adecuada, al contrario que en 1984 o Un mundo feliz donde teníamos explicaciones de las razones de esa sociedad distópica. El protagonista tiene algunos diálogos poco convincentes y luego se le manda a leer a Liebman y Marcuse. Y aunque el lector conozca a estos pensadores socialistas, no queda suficientemente clara la intención que hay detrás de ese super ordenador.

Conclusión de El día perfecto

Es la distopía que más malestar me ha creado por el hecho de ser un mundo distópico tentador y factible. Construye un mundo que no deja indiferente por lo cercano y posible que puede ser, y demuestra que siempre habrá gente descontenta con cualquier utopía que se construya. A mí me dejó una extraña sensación pensando en cual sería mi mundo utópico ideal. Aviso, no creo que produzca ese efecto en todos los lectores. 😊

El día perfecto es una lectura obligada para todos los apasionados de distopías. Si te gustó 1984, Un mundo feliz o Nosotros, no puedes perdértela. Quizás le falte personajes entrañables y un ideal claro por el que luchar. Pero me cuesta entender que una distopía tan potente y que además pone la isla de Mallorca como escenario utópico no se haya vendido más en España. Ojalá este artículo llegue a oídos de alguna editorial para volverlo a publicar traducido.


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La foto de la portada y del ordenador es de Ismail Enes Ayhan, encontrada en Unsplash. La de las pastillas de Myriam Zilles encontrada en Unsplash y la de la calle con lluvia es de Public Domain Pictures encontrada en Pixabay.

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